El 3 de febrero de 2020, sin riesgo de COVID-19 en el horizonte, nuestro Centro abrió sus puertas. Hemos cumplido nuestro primer año de vida y podemos decir que nos hemos consolidado como una alternativa de atención médica de alto nivel en el Camp de Tarragona.
¿Cómo afectó a sus planes la llegada del COVID-19? Mucho. El 13 de marzo de 2020, a tan solo un mes y medio de la apertura, tras decretarse el confinamiento, nos tocó cerrar el Centro. Estábamos apenas comenzando a consolidar nuestra oferta sanitaria cuando hubo que afrontar el nuevo reto de dotar al proyecto de recursos adicionales que garantizaran su viabilidad económica en tiempos de COVID-19. En mayo 2020, pasado el confinamiento, reabrimos y a partir de entonces hemos venido creciendo sostenidamente.
¿Cómo explica el crecimiento en tiempos de COVID-19? No lo anticipamos, pero el colapso parcial del sistema sanitario público, volcado a resolver la emergencia del COVID-19, dejaba desatendidos a muchos pacientes, quienes además estaban temerosos de asistir a los centros públicos. Por otro lado, el temor al contagio por parte de los profesionales sanitarios de la red primaria, también de los especialistas, hizo que se restringieran fuertemente las visitas presenciales a la red pública. Con la pandemia se redujo la oferta de consultas presenciales en la sanidad pública y consecuentemente ha ocurrido un aumento de la demanda de medicina privada.
¿Qué otro impacto ha tenido la pandemia en vuestro proyecto y cuál es vuestra propuesta? La pandemia por COVID-19 es una tragedia, un drama mundial. Afecta la salud física y mental, así como la economía de personas y empresas. La medicina privada se ha visto afectada al no poder ser una alternativa para aquellos pacientes que se han quedado sin empresas o sin empleos. Por otra parte, es justamente la medicina privada la que está dando respuesta a problemas de salud ante la situación actual de la medicina pública. Es importante entender que la medicina privada es complementaria a la medicina pública. Nuestra fortaleza está en ofrecer medicina que no se hace en la sanidad pública, en ocasiones prescindible o diferible. También en resolver situaciones que no siempre son atendidas con celeridad por el sistema público. En oncología privada formamos parte de una red de especialistas en diversas áreas de la oncología, liderada por la especialista en medicina nuclear Dra. Mónica Danús Laínez, que opera para ofrecer soluciones de medicina privada a pacientes que son diagnosticados de una enfermedad maligna.
¿Qué otros procedimientos ofrecéis que no ofrezca la sanidad pública? ¡Muchos! Por ejemplo, ofrecemos ecografía 3D/4D. Ésta permite ver en un vídeo a color los movimientos del feto dentro del útero de la madre. Este tipo de ecografía no la hace la sanidad pública a pesar de que con ella se complementa la información sobre la salud y el proceso de formación del futuro bebé. Otro ejemplo, ondas de choque; somos uno de los pocos centros que ofrecen ondas de choque para tratamientosde patologías musculoesqueléticas y para rejuvenecimiento cutáneo.
¿Cómo se ve el futuro? Somos optimistas. La salud y el bienestar son necesidades universales. Nuestro proyecto es poder ofrecer un servicio médico personalizado, de calidad comparable a los mejores servicios sanitarios de Barcelona. Y es gracias al apoyo de nuestros pacientes que seguimos creciendo.
